Queremos compartir la experiencia con gente joven de viajar en bicicleta y conocer a iniciativas y personas que ofrecen alternativas a la grave crisis ecosocial que vivimos. Para nosotras esta forma de acercarnos al territorio ha sido, sin duda, una vivencia transformadora. Me gustaría que Rural Forks sea parte del motor de cambio.

Rural Forks es de vital importancia tanto para los jóvenes como para las zonas rurales de las que procedemos. Rural Forks nos permite como jóvenes desarrollar nuestro potencial como agentes de cambio y proporciona las herramientas y los conocimientos necesarios para contribuir a un desarrollo rural sostenible. A través de este proyecto, no sólo estamos creando un futuro mejor para nuestras zonas rurales, sino que también estamos abriendo el camino a nuevas maneras de ver las cosas.

Creo que el proyecto Rural Forks cambia las reglas del juego para los jóvenes de las zonas rurales. Les ofrece una oportunidad única de participar activamente en sus comunidades, conocer iniciativas sostenibles y contribuir al desarrollo de sus regiones. El empoderamiento a través de experiencias prácticas y diálogos significativos, fomenta habilidades, promueve sentido de pertenencia y enciende la pasión por crear un cambio positivo.

Estamos muy ilusionadas con el proyecto Rural Forks. Desde que terminó la primera ruta de Biela y Tierra queríamos compartir con las generaciones más jóvenes nuestra manera de conocer y adentrarnos en el territorio, sus gentes y sus proyectos. ¡Estoy deseando empezar a pedalear con los grupos!

Para mí Rural Forks es un viaje de regreso al pueblo, una confirmación de que hay alternativa a la vida en la ciudad. Un viaje que me ha dado pistas de hacia dónde hay que empezar a caminar. He escuchado, respirado, observado, cantado, llorado y por supuesto sudado cada paisaje. Gracias Burgos!

Desde hace tiempo sentía la necesidad de volver a nuestras raíces, a nuestro origen. Ver realmente que es posible una vida en comunidad, una vida simple, con las necesidades justas en la naturaleza… Y esta iniciativa, nos lo ha podido proporcionar. Ha sido un aprendizaje de conocimientos nuevos, reflexiones sobre el estilo de vida urbano que llevamos y de los problemas que eso acarrea en el mundo rural. Quiero conocer nuestro entorno verdaderamente, ser parte de él y aportar mi grano. Ha sido toda una motivación.

Para mí Rural Forks significa crecimiento y descubrimiento hacia mí y hacia las demás personas y proyectos. Ha sido una experiencia única y magnífica, de aprendizaje total sobre un montón de temas y gente que no me esperaba, como por ejemplo, el funcionamiento de la bici, el saber utilizar formas distintas de comunicación, autogestionarse una misma mucho más, creer y confiar en si misma para poder hacerlo hacia la sociedad, y mucho más.

El poder de la unión de personas con ganas de replantearse las cosas, querer ser conscientes y tomar acción. Ganas de plantar semillas y regarlas. Transformación. Aceptar que aunque haya impedimentos, y sea duro, se puede y queremos, y gracias a eso seguiremos pedaleando.

Rural Forks ha sido un proceso de esperanza y empoderamiento para escoger siempre, a partir de ahora, la opción de cambiar el mundo y nuestro entorno a través de la acción colectiva y participando en proyectos ilusionantes.

Una aventura llena de alegrías, momentos de reflexión y puro amor. Un espacio y tiempo donde te alejas de todo lo que conoces y puedes sentir el poder de la Tierra y las personas que brillan como estrellas, con las que te pierdes en su gran alma llena de sentimiento y grandes ideas. Una oportunidad para conocer los grandes proyectos que tienes cerca de ti esperando a que unas fuerzas con ellos para nutrirte y crecer como un gran roble.

Rural Forks es una de esas experiencias que todas deberíamos vivir. Es aprendizaje; es conexión con nuestro fundamento y raíz; es cercanía con gente local que nos abre las puertas de su casa; es coexistencia; es intensidad en los sabores y olores; es apuesta por el valor de las cosas a través del esfuerzo y del trabajo, es historia, experiencia y vivencia, es autoconocimiento, es reflexión; es ilusión, ganas y motivación, es colaboración, adaptación y comunicación, es un objetivo común. ¡Seguimos pedaleando!

Rural forks me ha demostrado que hay que pasar pronto a la acción, puede ser que mañana ya sea tarde. Al final me ha reafirmado en valores e ideales que ya tenía, pero me ha empoderado en mi capacidad de decisión como consumidora. Ver que existen tantos proyectos que trabajan en ecológico, valorar el trabajo que hacen, y cómo intentan aportar su granito de arena, hace que quiera apoyarles. La labor de empoderamiento de este proyecto también es destacable.

Significa escuchar, compartir y comunicar, visibilizar lo invisible, ganas de comprender, ilusión, aprendizaje, compartir, y defensa del medio rural y del medio ambiente. Significa tener ganas de cambiar. Este proyecto significa darle visión a una pata tan importante del mundo como es el sector primario, la tierra, los materiales que nos da, las personas que trabajan con ellos. Significa el entender y poder crear una correlación y una sinergia en la que la naturaleza y los humanos estén conectadas y unidas.

Ha sido una experiencia que nos revela la importancia de valorar las pequeñas cosas, que lo esencial es mucho más fácil de descubrir de lo que creemos y que el hecho de focalizarnos en nosotras mismas y nuestras posibilidades nos hará sacar ese tesoro que todas tenemos dentro y que nos hace brillar. También me ha llenado de esperanza, en un mundo cada vez más feo y con noticias malas alrededor. Esta oportunidad nos hace centrarnos en lo que sí es necesario, no en las distracciones del camino de las que no sacamos nada.

Este proyecto ha sido muy enriquecedor para mí. Durante estos 12 días de ruta me he nutrido de todo lo que, cómo cuál abejas, ha pululado a mí alrededor. Me he rodeado de gente increíble. Gente de la que en llevo no solo el nombre, sino también mucho aprendizaje y experiencias de vida. También he tenido la suerte de visitar iniciativas rompedoras. Todas ellas me han aportado una visión diferente de ver las cosas. Este proyecto es una plantita que crece entre tanta desolación. En este proyecto se han plantado muchas semillas que poco a poco brotaran. Seamos enzimas, catalicemos la reacción.

Rural Forks lo tomé como una oportunidad para reconectarme y redescubrir, no solo el medio rural, si no también España como país. De ella recuperé un poco de esperanza por la vida rural, pude recuperar una parte de mí que pensé muerta tras 5 años en Irlanda. Rural Forks es una experiencia que recomendaría a cualquiera que no se sienta del todo a gusto con la vida moderna en sociedad, eso o podrías unirte a un culto, que también ofrece un sentido de comunidad y misión común que falta en la vida moderna.

Rural Forks ha sido una experiencia de la cual podemos aprender. El movilizarnos en bicicleta demuestra que no necesitamos vehículos para recorrer ciertas distancias y que gracias a ello podemos observar nuestro alrededor mientras pedaleamos. El poder haber visitado todas las iniciativas y aprender de cada una de ellas ha sido muy gratificante. Hemos disfrutado de unos días en compañía; muchas emociones las cuales me alegro que hayan sido todas positivas.

Rural Forks ha juntado a la juventud con un mundo rural muy vivo en el mejor medio de transporte del mundo. Rural Forks es solidaridad, apoyo mutuo y arraigo en la comunidad.

Rural Forks es un pequeño espacio en nuestras vidas capaz de cambiar la percepción de los desafíos que deslumbra nuestra generación, equilibrando gracias al pedaleo, nuestro pensar y nuestro sentir.

La mayoría de los jóvenes cuando pensamos en hacer un viaje, no consideramos que hay otras alternativas de conocer mundo que no sea visitar capitales o grandes ciudades. Ruralforks da la oportunidad de conocer pueblos con distintas iniciativas rurales, con la ocasión de descubrir un poco más de nuestro propio país. Y por si esto fuera poco, el hacerlo en bicicleta que es uno de los medios de transporte más sostenibles, ha dado ejemplo de que también es un modo de viaje posible y respetuoso con el medio ambiente.

Rural Forks es la oportunidad para crear una red de jóvenes con intereses y valores similares a los míos y disfrutar de su humanidad, así como la de las iniciativas visitadas y las organizadoras.

Ha sido un aprendizaje en toda regla. Aprender del mundo rural, de las historias personales, de comunicar, de viajar en bici y sobretodo aprender de las personas con las que he compartido estos 12 días. Me ha ayudado tambien a imaginarme un futuro fuera de las grandes ciudades y que realmente hay vida en esos lugares que dicen estar despoblados. ESKERRIK ASKO!

Un espacio que me ha permitido pararme a respirar y ver lo que tenemos delante de nosotres de una forma diferente, donde podemos situar en el centro los cuidados hacia el agua, la tierra y quienes la habitamos. ¡Todo un aprendizaje!

La oportunidad de compartir la experiencia junto a otras personas muy distintas a mi, con las que a la vez comparto inquietudes, y nutrirme de las iniciativas y las vidas detras de estas, que me han inspirado y ayudado para expandir más mi horizonte.

Para mí Rural Forks ha sido toda una experiencia, una aventura y un aprendizaje. Antes de adentrarme en este proyecto estaba nerviosa, no sabía si iba a encajar o no pero la verdad que los días que he podido disfrutar de ello ha sido una maravilla. Utilizar la bici para desplazarnos es fantástico y divertido, a la vez que sostenible. Por otro lado, conocer las iniciativas que hay en los pueblos rurales me ha permitido saber de primera mano que es posible vivir en un pueblo y llevar una vida mucho más saludable. Por último, quiero felicitar a las organizadoras de este proyecto.

Rural Forks es faro y árbol. Faro: hace que la luz de la bondad y humanidad brille y me ha dado herramientas para mi proyecto vital. Árbol: ha dado vida a algo que no dejará de crecer. La organización decidió plantar un árbol y nos puso en contacto para decidir qué árbol y cómo queríamos cuidarlo. Decidido, lo hemos regado y cuidado juntas para que crezca. Juntas le hemos dado vida:complementación y flexibilidad. Seguirá creciendo. Algunas iremos por unas ramas y otros por otras, en conjunto, o depende de la rama. Pero las ramas seguirán, añadirán nuevas, atraerán y serán hogar de fauna y darán frutos.

Vine a la ruta con las expectativas bajísimas, ya que no quería hacerme spoiler de lo que pensaba que podría ser, y creo que eso ha sido lo que ha hecho que la experiencia haya sido alucinante. De esta ruta me llevo la empatía, la solidaridad y el conocimiento de cada una de mis compis y de todas las personas con las que nos hemos cruzado a lo largo de los 360 km recorridos. Ahora toca reinventarse y aplicar lo aprendido.

Energía y comunidad. Saber que "no estás loca" y que hay otras formas de estar y ser en el mundo. La experiencia de que podemos construir proyectos con nuestras manos. Escoger lo rural como un modo de vida sostenible. Y por supuesto: "metro a metro" pero no dejar de avanzar, porque se puede.

Una experiencia de vida llena de aprendizajes sobre el mundo y personales. He visto en primera persona cómo otras formas de vida son posibles, cómo se puede apostar de forma firme y emprender y que en comunidad la lucha y la fuerza de cambio hacia modelos más sostenibles y respetuosos es mucho mayor. Esta, cómo cada experiencia nueva que vivo, se que es la puerta de entrada hacia nuevas aventuras, va a ser un punto inflexión para animarme a viajar pedaleando, una reflexión para romper con la rutina que me absorbe muchas veces y apostar por aprender, en cualquier lugar y vivir mejor.

La forma más sostenible de vivir una aventura en equipo, de forma sana y sostenible, apostando por el apoyo al mundo rural y fomentando el trabajo colaborativo para cualquier desarrollo personal, interpersonal y socioeconómico en vistas de medio plazo y resiliente ante un futuro de colapso económico y climático.

Crear lazos de amistad, viajar de manera sostenible, inspirarse y nutrirse de iniciativas de vida en el campo, y dar a conocer que otro mundo rural vivo es posible y necesario.

Participar en Rural Forks es una oportunidad única. Viajar en bicicleta con jóvenes de distintas edades y procedentes de contextos completamente diversos es una experiencia muy enriquecedora. Conocer el territorio rural y las iniciativas en primera persona permite acercarnos a muchas realidades distintas y nos anima a perseguir nuestros propios proyectos de vida. Rural Forks tiene un punto de rebeldía porque en una sociedad megaglobalizada apuesta por valores como viajar en bicicleta, por el mundo rural, por lo local, por la vida en comunidad, la lentitud, la reflexión.

Rural forks para mi se divide en 2 bloques: En primer lugar, al conocer a las iniciativas he visto un territorio vivo en Aragon y con ganas de hacer cosas en el medio rural, y una información valiosísima de fuentes de información, grupos de consumo etc. Y en segundo lugar, la alegria que me da haber dado el paso de apuntarme pese a mis miedos. La unión que ha habido es brutal y me llevo a personas que espero haya un vinculo a largo plazo, como decía Andrea. Para mi ha supuesto también un gran crecimiento personal como persona de lo que quiero en la vida y con lo que no me voy a conformar.

Rural Forks es compartir. Se aprende y se habla con los compañeros y compañeras. Se convive y se disfruta del viaje en bici, también cuando se presentan dificultades y hay que esperar. Además, permite dialogar con los vecinos y vecinas que te abren sus puertas para conocerlos y crecer.