Día 9. Mallata y las bosquescuelas. El Pirineo tampoco está de brazos cruzados

31 de Agosto. Santa Engracia – Jaca – Ulle – Ara

Nos despertamos en Santa Engracia de Jaca, donde nos cedieron un espacio que parecía ser la antigua capilla y que ahora está habilitada como cancha. Los despertadores empezaron a sonar pronto por la mañana, ya que la hora de salida estaba fijada a las 8:30. El día amaneció despejado, pero fresco, se notaba que estábamos cerca del Pirineo. Las primeras pedaladas de calentamiento las hicimos hasta Jaca, y la verdad que el último tramo de carretera de entrada a Jaca se nos hizo algo incómodo por el tráfico. Antes de empezar el repechito para llegar hasta Ulle descansamos para picar algo de fruta y frutos secos.

En Ulle nos esperaba Lucía López Marco junto a su hija Teresa. Lucía estudió veterinaria, pero su recorrido va muchomallata 2
más allá. Podríamos decir que es una férrea defensora de la ganadería extensiva, de la tierra, de la cultura, del aragonés y amante de las letras. Fue un placer escucharla. Dentro de su extenso recorrido nos habló de
Mallata.com el blog que puso en marcha hace ya unos años. Durante todo ese tiempo ha escrito desde el cariño hacia los medios rurales y las personas que los habitan.

Además de ello tiene publicados dos libros. El primero, “Haciendo Mallata” que recoge distintos artículos ligados todos al ámbito rural aunque desde distintas perspectivas que fueron publicados en su momento tanto en el blog como en otros medios. El segundo es un poemario en aragonés “Cuan plegue o colapso”, premio Arnal Cavero 2022.

Después de una charla tan agradable tocaba comer y la sombra del parque fue perfecta. Antes de la segunda visita del día tuvimos un momentito para relajarnos, trabajar e incluso hubo quien pudo echarse una siestita.

escuelaLa segunda visita del día fue en el mismo pueblo, donde conocimos las dos bosque escuelas ubicadas en el pueblo: Caxico y Abellota. La primera para la etapa de infantil y la segunda de primaria. Compartimos tanto con las acompañantes como con los padres y madres de las dos escuelas y contaron cómo fueron los inicios, las trabas, el funcionamiento, la base de su pedagogía… De verdad que fue muy interesante conocerlos. 

La tarde avanzaba y aunque nos hubiéramos quedado encantados en la escuelita, tocaba volver a montarse en las bicis para llegar hasta Ara. Allí nos esperaban las de Fundación 3 Piedras. Nos dejaron el espacio para pasar la noche y no contentos con eso, nos deleitaron encendiendo una hoguera. Al calor del fuego y con la luz de la luna llena disfrutamos de una velada de diez.

Aunque el cansancio empezaba a hacer mella, momentos como esos nos hacían recordar todo lo que llevábamos de recorrido. Al darnos cuenta de los poquitos días que nos quedaban, todas repetimos que no queríamos dejar de pedalear para seguir nutriéndonos de la experiencia. Nos quedaba el último día de pedaleo juntas, por el momento.



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