-Pedaleo de Nuévalos a Ariza-
“¡Hola caracola!
Hoy el último día de pedaleo ha sido movidito…
Casti de Acobija ha venido a despedirnos en el pabellón de Nuévalos y como siempre, por grupos hemos ido dejando el pueblo atrás en dirección a un nuevo horizonte: Ariza, el punto final de nuestro pedaleo.
Te escribo ahora desde el albergue que nos acoge en estos últimos momentos de convivencia. Tiene un nombre que me hace pensar: “Tierras de frontera”. Ahora yo me siento un poco así, como un mapa de vivencias que se conectan y entrelazan, con ideas que me transitan y que bailan por mi mente generando movimiento.
“El movimiento genera movimiento”. Es una idea clave de todo este proceso porque en cada pueblo las iniciativas nos han hablado de los cambios progresivos que han traído sus propuestas. Son como frutos cayendo en un río y generando ondas expansivas, circulares y preciosas con destinos más allá de lo imaginable.
Hoy nos ha acompañado el agua en otra forma, en otro estado. Las lluvias de ayer vuelven a su origen generando un ambiente húmedo y cargado de olor a tierra. Agua y tierra, fusionadas, han generado esculturas de barro que vieron su final bajo la marca de nuestras ruedas. Hemos llegado con barro hasta las cejas, como diría mi madre : “Para ir directas a la lavadora, con ropa y todo”. Menos mal que un buen chorro a presión lo ha dejado todo más o menos como estaba y no se ha llevado la alegría de nuestros cuerpos.
El paisaje de este tramo es muy distinto del de los primeros días y eso también es estimulante. Los almendros y las montañas han sido compañeros de viaje y entre pinares. Bordeando el embalse de la Tranquera hemos subido con esfuerzo y bajado con gusto hasta llegar a Alhama de Aragón. Te recomiendo visitar el lavadero ¡del que sale agua caliente! porque además hay una exposición permanente muy chula destacando el trabajo de las mujeres rurales. También puedes encontrar referencias a Eugenio Monesma, etnógrafo al que acabo de descubrir y del que tengo mucho que cotillear.
Te dejo aquí algo de info: https://www.calatayudnoticias.com/mundo-rural/35-pueblos/8761-alhama-de-aragon-un-lavadero-con-agua-que-sale-a-30-grados
Luego han venido el miedo y la incertidumbre. Con las lluvias de los últimos días los barrancos han cogido caudal y no estaba claro si podríamos pasar con las bicis. El gabinete de crisis ha determinado meter alforjas y esterillas en la furgoneta y lanzarnos a la aventura.
Al final ha resultado todo muy divertido y salvo por algunos tramos complicados nos ha encantado ir en paralelo a la autovía atravesando caminos de piedra y siguiendo de manera intermitente parte del camino del Cid.
Hemos llegado agotadas pero también muy felices, agradecidas y emocionadas por estos días que hemos pasado juntas, conociendo cosas que nos han hecho despertar y salir del automático de nuestras vidas. Ha surgido algo muy bonito que esperemos pueda enraizar en el suelo.
La tarde ha sido entretenida con la charla de Julio, el apicultor entusiasta que ha viajado por el mundo para acabar en su pueblo viviendo del cuidado de sus abejas, a las que conoce como si fueran parte de la familia. Su proyecto se llama Lares Miel (@laresmiel) y es de los pocos apicultores en ecológico de la comunidad aragonesa. Nos ha comentado que este tipo de producción está muy cotizada y que va viento en popa, teniendo la miel vendida con antelación a nivel local.
De forma desenfada pero con un mensaje profundo nos ha hablado de los procesos del entorno más allá de la intervención humana y de su intención de ir bajando la carga ganadera de sus colmenares para dejar lugar a otros polinizadores imprescindibles que son base en la cadena. Donde viven sus abejas hay multitud de arañas, lagartijas y abejarucos. A diferencia de las producciones dopadas y de máxima extracción, él actúa de guardián del monte, fomentado esa biodiversidad tan resiliente y necesaria. Se aprecia una sensibilidad generosa en su manera de gestionar, observando, respetando los tiempos y posicionándose en el deseo de cuidar la tierra como el colibrí del cuento.
También ha destacado que se siente sólo en el sector y nos ha dado consejos para ser apicultor: observar, tomar nota de todo para poder sacar conclusiones y saber cómo tratar la varroa (el ácaro de origen asiático que ha acabado con los panales silvestres de muchos territorios).
Además desde hace poco Julio forma parte de la junta rectora del Comité Aragonés de Agricultura ecológica y con su motivación y sentido del humor está impulsando otros modos de hacer las cosas que sean sostenibles en el tiempo. Sueña con que en escenas cotidianas como una charla en el bar, la gente del pueblo que se ha dedicado desde hace años a la agricultura, hable de la producción ecológica con mirada a largo plazo, reconociendo los beneficios mutuos, el respeto de los límites y en términos realistas: cuando respetas la tierra, nos regala toda su generosidad con producciones mejores.
Además es una persona comprometida con su pueblo, con la cultura y la historia. Nos ha guiado entre callejas en su faceta de historiador, contextualizando el lugar y poniendo en valor la tradición rebelde y de lucha de Ariza. Desde el mirador hemos visto el recorrido de la antigua muralla, el legado árabe y a lo lejos tierras sorianas.
Esta noche vamos a dormir muy bien aunque se va acercando el final y cada una lo está gestionando como puede.
Te sigo contando, aunque te adelanto que ando sensible, esto se acaba.
¡Un abrazo fuerte! “