Estella | 0 km
Nuestro penúltimo día ha comenzado a las 9:00 de la mañana, más tarde que nunca, con nuestra alarma habitual: la flauta de 
Ester.
Tras el desayuno, nuestra primera actividad del día ha sido un masaje, conjunto y perfecto para relajar el cuerpo después de tantos días, sin parar de pedalear. Nuestra mañana ha consistido en terminar todas las tareas pendientes de los trabajos de comunicación y, después de comer, hemos escuchado a Bea y Laura, nuestras jefas entre comillas de Brújula Intercultural, hablarnos sobre las distintas oportunidades de movilidad y otros proyectos del programa Erasmus plus.
Las siguientes horas de la tarde han consistido en la elaboración de una exhaustiva, evaluación de todo el proyecto, de principio, a fin.
El día finalizado, con un pequeño paseo turístico por Estella, una ciudad preciosa y cargada de historia, y con una visita por algunos de sus bares.
Y aparte al final, ha llegado nuestro último día. Hemos hecho nuestras alforjas por última vez, y hemos desmontado las ruedas delanteras de nuestras bicis para poder transportarlas en coches, buses y trenes. Alguna valiente se ha preparado para coger la bici transportarse hacia otra ciudad para, desde ahí, llegar a sus casas. Hemos hecho nuestra última dinámica y hemos desayunado todas juntas una última vez para recordar recordando anécdotas y repechones.
Hemos llorado, hemos reído y, sobre todo, nos hemos prometido volver a vernos. Rural Forks ha sido una experiencia inolvidable para todas, ya sea por una razón o por otra.
Estamos preparadas para volver y enseñaros todo lo que hemos aprendido.
