Día 11 y 12. Esto no es un adiós

“Tick tack, tick tack:

Te escribo algo melancólica repasando las fotos de estos días, rememorando risas y dando abrazos apretados.

En la mañana de hoy hemos hecho una dinámica que me gustaría hacer contigo para reflexionar sobre los distintos tipos de comunicación desde los cuerpos.

Después hemos estado rematando el trabajo en los grupos y antes de comer hemos visitado la Asociación Alto Jalón (@a.altojalon) en la que Isa, su presidenta, nos ha contado con entusiasmo que es un proyecto que acaba de cumplir 30 años dinamizando la infancia y juventud de Ariza desde la mirada de la integración, el juego, la formación y la participación con enfoque de derechos sociales. Me ha parecido súper interesante, ojalá pueda implicarme pronto en algo parecido e ir generando red. Te comparto el dato de que lo fundaron 6 mujeres de distintos pueblos de la zona… ¡Bravas!

La comida de hoy, la última comida juntas, ha sido una increíble boloñesa vegana con todo el cariño de Laura, también coordinadora del proyecto y parte del binomio de Brújula Intercultural junto a Bea. La hemos combinado con ensalada y una buena hidromiel de Antonio y su proyecto Rasmia, que conocimos en Lechón el pasado 29 de junio. Esta noche cenaremos en la piscina de Ariza y habrá micro abierto, mañana te sigo contando…

Anoche cenamos, cantamos y bailamos juntitas. Nos tiramos en el suelo a contemplar el cielo llenito de estrellas, agradeciendo estos días compartidos juntas.

Ahora se acaba esta ruta, este viaje plagado de aprendizajes. Estamos tristes, pero a la vez felices, esto no nos ha dejado el cuerpo indiferente. Nos ha llenado de preguntas, de inquietudes y de incomodidades también, tan necesarias para dar un paso. Tenemos miedo ahora del contraste con la vuelta a la ciudad. Queremos guardar con mimo, aprecio y cuidado estos días para poder volver a ellos, recordarlos. Cada vivencia nos ha hecho poner en valor las cosas sencillas y saber que con bien poquito podemos ser muy felices. Con nuestras alforjas, naturaleza y buena compañía, la vida se mira diferente.

En el fondo, creo que esto no ha hecho más que empezar, que “el movimiento genera movimiento” y que ya no podemos mirar hacia otro lado.

Espero que este testimonio te anime a llevar la vida del caracol, con su casa a cuestas y consciente de la vida.

¡Seguimos en contacto!



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