Día 8. Entre valles y pantanos

Cuesta arriba y carretera hasta Pineda de la Sierra

Hola de nuevo,
Os escribimos mientras contemplamos la montaña y las casitas de piedra de la Sierra de la Demanda. Nos sentimos privilegiadas de estar aquí, tiradas en la calle y comiendo en corro entre estas silenciosas calles enclavadas en mitad de la sierra.

Aunque con estas líneas nos referimos a Pineda de la Sierra, esta mañana estábamos en Pradoluengo, a 30 km de aquí. Casa Barría, nuestro hospedaje de anoche, nos ha tratado como reinas. Tanto en la cena como en el desayuno, nos sentábamos en una mesa alargada. Sillas de madera y cubertería homogénea; vigas en los techos y piedra en las paredes. Nos sentíamos como en una masía de alta cuna.

La ruta en bici entre ambos pueblos nos ha regalado el ascenso más largo y complicado que muchas somos capaces de recordar, pero las vistas han merecido este esfuerzo. Para nosotras desconocida, la Sierra de la Demanda nos ha recibido mágica. Tras esta carretera amplia, con vistas a las montañas a lo lejos y atravesando pequeños pueblos de piedra, el camino se estrechaba. La pendiente se reducía, la vegetación se cerraba y nos encontramos pedaleando casi a orillas del embalse Úzquiza. Las curvas seguían río arriba la ribera del Arlanzón conduciéndonos hasta Pineda de la Sierra.

¡Ojalá pudiésemos compartiros el placer de esta pedalada! Estas montañas, el viento en la cara, las conversaciones… Se quedan en nuestras retinas, en nuestra piel.

En el pueblo nos han recibido Eva, Javi, Fernando y Alba para presentarnos Agalsa: asociación para el desarrollo rural, sin ánimo de lucro y conformada por el tejido socioeconómico de la zona. Son un grupo de acción local encargado de gestionar las “LEADER” de su zona; fondos públicos para el desarrollo rural cofinanciados por la Unión Europa, el Estado (parte de la PAC) y la Junta Autonómica. Dependiendo de los acuerdos a los que se llegue desde la Junta, los fondos se destinaran en una u otra dirección, pero, se procura gestionarlos de tal manera que se pueda apoyar a todos los proyectos de emprendimiento. Como los miembros de Agalsa dicen, esto es un “laboratorio de ideas”, “un experimento europeo” en el que hay lugar para todo. Os animamos que busquéis el grupo de acción local de vuestras zonas

Además, Agalsa busca subvenciones y fondos públicos de otros concursos estatales. Crean sus propios proyectos teniendo en cuenta la voz de la gente de la zona con asambleas participativas. Disponen de bolsa de empleo, realizan acompañamiento en el pueblo para quien quiera emprender en lo rural, analizan los principales retos de la vivienda en sus pueblos… No conocíamos el alcance de este tipo de asociaciones.

En la ruta hemos escuchado a gente propia del lugar, sus quehaceres e idiosincrasia. Estas maravillosas vistas de la sierra, de las que disfrutamos mientras os escribimos, no tendrían el mismo significado para nosotras si no les hubiésemos escuchado.

Con cariño.



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