Día 1. ¡Empezamos la aventura!

La llegada fue escalonada y con diferentes métodos: trenes, buses, coches compartidos… Todos comprometidos con la movilidad sostenible desde el principio. ¡Qué movida!
Entre muchas sonrisas, nerviosismo, calor y hambre, llegamos al Convento de Santo Domingo, Caspe, Bajo Aragón, espacio cedido por el ayuntamiento, donde nos quedaremos tres noches.

Para ayudarnos a conocernos mejor, empezamos con unas dinámicas de cohesión grupal (palabrote) para consensuar normas que
afectarían a la convivencia grupal: compromiso en las actividades, flexibilidad, comunicación… y otras cosas bonitas. Así como conocer nuestros miedos, expectativas y nuestras contribuciones personales al proyecto.
Se desbloqueó un nuevo miedo al enterarnos de que a las 20:00 presentábamos en la Casa de la Cultura de Caspe el proyecto de Rural Forks y nuestro papel hasta entonces. Llegamos pedaleando, bloqueando las calles con nuestras 18 bicis ¡to’ guapas! Eh, todas puestas a punto ;). Para nuestra sorpresa, estábamos en pantallas y carteles por todo el pueblo, incluso algunas compis se acercaron a los caspolinos (sí, lo hemos tenido que buscar en internet) para convencerles de que asistiesen.

Peter y Eva se sacrificaron por la causa y explicaron a la perfección (o como pudieron) la preparación previa online. Con tripas y corazón se ganaron a la audiencia (4 gatos), la alcaldesa incluida. Ella nos transmitió todo su afecto y hospitalidad, haciéndonos sentir como un caspolino más (mola el gentilicio, eeeh?). Entre los gatos presentes, se encontraba Jesús, el técnico de Juventud de la comarca. Nos explicó el proyecto Jóvenes Dinamizadores Rurales y la importancia que tiene para crear redes entre la juventud rural aragonesa. Ofrece herramientas y estructuras para desarrollar iniciativas. Desde 2008, los grupos de acción local se organizaron para juntar presupuestos y dar cabida a más proyectos en 17 comarcas. Entre esas iniciativas, nos llamó la atención Un paseo con Gloria y Lecciones en conserva. Os recomendamos que bicheéis (o sea, cotilleéis) su página web así como sus redes sociales.

Hambrientos y sedientos, regresamos al convento donde cocinamos unas buenas Vegan burgers. Fue entonces cuando se generó una pequeña odisea cuyo protagonista fue un verdadero héroe legendario de la mitología griega, al pensar que nos alojábamos solamente nosotras en aquel pintoresco lugar. Con esto y sin un bizcocho pasadas las ocho, nos desperdigamos con los sacos y colchones por todos los rincones, y a dormir ¡a la fresca! (pista: de fresca, nada).
Y por último, cada persona aprovechó el sueño para asimilar todo lo aprendido durante el día, y mentalizarnos de todo lo que está aún por llegar.



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