23 de Agosto – Artmosfera (Grañén)
¡Comienza Rural Forks edición Aragón! y en plena ola de calor.
Todo empieza en una bonita pero muy calurosa tarde de agosto. Fuimos llegando con nuestros aperos y bicicletas a Grañén, a Artmosfera, más en concreto. Este fue el espacio que nos acogió para dar comienzo a la aventura. Los primeros en llegar encontramos divertimentos para pasar el rato y curiosear por el espacio. Con ilusión recibimos a los demás participantes, que fueron llegando a ritmo de goteo. Nos esperaban doce días de vivencias, risas y aprendizajes juntos. Estábamos ansiosos por compartir desde el minuto uno. La piscina se convirtió en nuestro microhábitat para enfrentarnos al calor y poco nos alejamos de la fuente para poder beber agua a cada rato, nuestro maná.
Continuamos la tarde haciendo carteles para decorar nuestras bicis y de esta forma darnos a conocer mientras rodamos por el camino. Después de grabar nuestro primer video contestando a las compañeras de Castilla y León y de hacer las primeras dinámicas de grupo, hambrientas, recibimos una cena vegetariana y sabrosísima a la luz de nuestros frontales.
Los momentos durante la cena fueron amenos, conociéndonos poco a poco, intercambiando vocabulario propio de cada comunidad autónoma, aprendiendo sobre bichos y cualquier saber que apetecía compartir. También pudimos observar la luna, las estrellas y otros planetas que brillaban sobre nosotras.
24 de Septiembre – Artmosfera (Grañén)
El segundo día despertamos en nuestras habitaciones o en la pradera de Artmosfera los compañeros que prefirieron pasar la noche más a la fresca (aunque el fresco era escaso tanto dentro como fuera).
Desayunamos juntos por primera vez, un desayuno rico que nos ayudó a abrir los ojos para dar comienzo al día. Las primeras dinámicas nos pusieron en movimiento, brincando y riendo en cada juego, lo que ayudó a perder las vergüenzas del principio y crear un ambiente de confianza.
En el coffee break aprovechamos para darnos un baño rápido en la piscina poniendo en práctica la técnica de la centrifugadora, una forma muy agradable de reírnos y refrescarnos.
A mitad de mañana sacamos un huequito para repasar conceptos básicos de ciclo mecánica, antes de que Nacho, entregado, nos explicase los orígenes, evolución y objetivos de Artmosfera. Este proyecto se encuentra en un espacio, antigua torre, restaurado con materiales reciclados, acondicionado para recibir residencias artísticas enfocadas en la creación de espectáculos de circo. Pero su propuesta va más allá, haciendo que la cultura callejera llegue a pueblos alejados, Esta fue nuestra primera iniciativa visitada.
Una vez acabamos con Nacho, Laura, italiana integrante de Brújula Intercultural, una de las dos entidades que coordinan el proyecto Rural Forks, y la que fue cocinera jefa durante toda la ruta, nos esperaba con la comida lista. Espaguetis ecológicos de EcoLécera con toque italiano y hortalizas de La Sazón, cooperativa de productores hortícolas locales.
Después de la comida, en un círculo de sillas a la sombra las integrantes de Biela y Tierra (Ana y Edurne) nos dieron a conocer el porqué de su asociación, los objetivos y sus luchas y, como no, repasamos las del proyecto Rural Forks. A continuación retomamos las dinámicas de grupo. Comenzamos con un actividad en Padlet, donde compartimos nuestras expectativas, miedos y contribuciones de cara a los próximos días. Vimos que teníamos valores en común para crear comunidad, ayudarnos y respetar los tiempos individuales y colectivos.
En definitiva, nos fortalecimos como grupo, comprometidos con nuestros objetivos y principios.
Durante el resto de la tarde trabajamos en los grupos de comunicación para diseñar un plan que sirviera de altavoz y nos ayudara a expandir de la mejor manera nuestra experiencia. Antes de cenar nos juntamos con nuestro grupo de trabajo para valorar cómo había ido el primer día de trabajo conjunto y convivencia.
Después de cenar, tuvimos tiempo libre para hacer lo que más nos apeteciera, y fue cuando nuestro anfitrión, Nacho, sacó juegos de destreza mental. Nos tuvo muy entretenidos pensando las soluciones mientras otras personas jugaban al ping pong o hablaban. Sin que se nos hiciera muy tarde nos retiramos a descansar, al día siguiente nos esperaba un buen madrugón para evitar los calores en nuestro primer día de pedalada.