25 de Julio de 2024. Villalmanzo – Santa Inés. Decorus.
Nos despertamos en una estancia muy diferente para muchos de nosotros: el polideportivo de Zael. Algunos habían decidido dormir fuera, en las pistas de fútbol, a la luz de las estrellas. E incluso uno de nosotros durmió en la paja seca, un colchón improvisado. Nos habían quedado algunas cosas que preguntarle a Granja Zael, así que nuestro equipo podcast volvió para reencontrarse con Mario y Andrés. Después se juntó de nuevo todo el pelotón y comenzamos nuestro cuarto día por carretera.
Ya divisábamos las puntas del Palacio Ducal de Lerma a lo lejos. Nos fascinó tanto que nos quedamos con ganas de pedalear por sus calles. Sin embargo, nuestro próximo destino, se encontraba cerca. Se trataba de Villalmanzo. Casi todos los ciclistas llegamos a tiempo al pueblo, excepto un grupo que sufrió el primer accidente de los Rural Forkers. A uno de nuestros compañeros se le salió la rueda de adelante y cayó al suelo. Afortunadamente no fue nada grave y quedó en una anécdota, pues lo resolvimos de manera efectiva.
En Villalmanzo buscamos sombra, agua y descanso. La piscina pública fue nuestro plan para la mitad del día, donde continuamos trabajando en nuestras tareas de comunicación entre chapuzones y juegos de cartas. El equipo de comida improvisó una cocina en un parque del pueblo y preparó un cous-cous para todo el grupo. Nos contaron que fue un momento divertido y distinto de preparar comida. (Foto cocina en el parque).
A mitad de la tarde reemprendimos el camino hasta Santa Inés, donde visitamos las Bodegas Decorus, una iniciativa formada por Fernando y Luis, dos amigos entusiastas del vino que decidieron reconectar con sus raíces. En los viñedos nos esperaban Luis y Santi (padre de Fernando), dos generaciones distintas de viticultores.
Luis nos explicó el funcionamiento de sus viñas, muchas de ellas recuperadas de cultivos abandonados que algunos vecinos ya no querían cultivar. Uno de los pilares de Decorus persigue conseguir que no desaparezcan los viñedos de la zona y conservar sus variedades tradicionales: Viura, Albillo Mayor, Tempranillo, y Garnacha. Alimentando nuestras inquietudes con su sabiduría vinícola paseamos entre sus parcelas a la sombra de una sabina. Allí nos recibía Santi, que había preparado una cata con los vinos Decorus tinto y rosado acompañado de quesos, chorizo y pan. Con mucha pasión nos fueron explicando todo acerca de su producción mientras un bonito atardecer nos acogía.
Muchos compañeros le felicitamos por el logo del vino, la cabeza de un corzo en estilo art-decó, cuya especie inspiró el nombre de Decorus y es símbolo de identidad acerca del respeto que le tienen a la naturaleza y a esta especie. Disfrutamos mucho de los vinos y algunos notaron más que otros cómo los grados hacían su efecto. Entonces, comprendimos por qué Luis nos señaló que el vino es una poesía dentro de la ribera del Arlanza.
Mientras el equipo podcast terminaba su trabajo con Luis, el resto de Rural Forkers acompañamos a Santi en un paseo hacia las bodegas. Según avanzábamos, nos cautivó con su experiencia. Nos enseñó el antiguo lagar del pueblo, ya derruido, y nos dio a oler vinagre.
Nos sentimos acogidos por el pueblo de Santa Inés, ya que nos cedió el antiguo ayuntamiento para pasar la noche. Así que volvimos allí para descansar y saborear unos exquisitos piadine. Colchoneta, saco de dormir y cuarto día superado.