Seis y media. Sonó la alarma. Entre bostezos recogimos nuestros cachivaches y nos dispusimos a desayunar. ¡No eramos conscientes de lo que se nos venía! En función de la fuerza de pedaleo, nos organizamos en tres grupos. Hicimos una parada en Maella a los 20km, almorzamos (dos kikos), nos hidratamos religiosamente cada 15 minutos y reanudamos nuestra marcha otros 10km hasta Mazaleón: la primera parada oficial. Allí nos bañamos con nuestros cuerpazos serranos y comimos un buen cuscús. Continuamos la ruta hacia Calaceite, acompañados por el rugido de motos, con viento en contra y mucho desnivel positivo hasta llegar a Mas dels Castellans, una pequeña almazara de AOVE (aceite de oliva virgen extra) con olivas de cultivo propio. Esta pequeña empresa familiar está dirigida por Sara y Marc, al heredar las tierras de la familia.
La joven pareja, en 2019, decidieron seguir la tradición familiar e innovaron al crear un aceite de oliva de buena calidad (muy top, según, literalmente, cita Marc) y venderlo directamente al consumidor, evitando intermediarios. El aceite se caracteriza porque la cosecha es temprana, o en verde, buscando las propiedades organolépticas de polifenoles, biofenoles y antioxidantes, que destacan por ser buenas para la salud. Sin embargo, estas olivas no tienen mucho rendimiento graso, un 9% (el porcentaje de la aceituna que se convierte en aceite, que es grasa, vaya!), mientras que la oliva más madura llega a tener un 24%. Esto quiere decir que se podría sacar más rendimiento cuanto más madura es la oliva, pero a cambio se sacrifica la calidad y las propiedades beneficiosas para la salud. En definitiva, se trata de un producto gourmet. Hablando de números, han producido este año un total de 4000 botellas, las cuales se han vendido principalmente a través de actividades oleoturísticas y a través de la tienda online.
Nos han enseñado su Almazara. Procesa 300kg de aceituna a la hora. La pulpa se tritura para formar la pasta, luego esta se centrífuga, se decanta y se filtra. Se conserva en depósitos de acero inoxidable y atmósfera inerte para mantener sus propiedades lo máximo posible. Finalmente, se envasa bajo pedido. Al terminar la visita, nos ha dado una prueba para degustar, ¡picaba y todo! Olía a alcachofa o a hierba recién cortada. Marc nos ha contado que el 47% de aceite de oliva producido en el mundo es español, es decir, somos el mayor productor. Oye, antes de seguir, ¿tú estás estresado? ¡Pues agradece no ser un olivo! ¿Sabías que éstos están sufriendo de un estrés hídrico debido a la sequía? En lo que va de año, en las tierras de Marc sólo ha llovido 250L/m² (lo que viene siendo un chirimiri, o sea, poco tirando a nada). Lo cual afecta enormemente a la producción ya que sus olivos son de secano, y sólo se riegan con la lluvia.
Por último, entre las cosas que hemos aprendido, son las diferencias entre los aceites principales que se comercializan. Nos parecía interesante y lo queremos compartir con vosotros, mis fans:
– El aceite virgen extra y virgen, se prensan sin calor al extraer el aceite, y así mantienen las propiedades organolépticas y no se satura.
– El aceite de oliva a secas, es un aceite que en el 90% es aceite refinado y en el 10% es virgen extra para darle sabor y olor. El aceite refinado se saca de la pulpa a altas temperaturas en una refinería con un rendimiento del 4%. Sale el aceite saturado, transparente, sin olor ni sabor.
Así que ya sabéis, ¡invertid en un aceite de oliva virgen o extra!