Día 6. “No juzgues tu día por cuánta cosecha pudiste recoger, sino por cuánta semilla pudiste plantar”

Tras una noche de festejos ajenos y tormentas, iniciamos el día pasados por agua, por lo que desayunamos dentro de la sala que nos había dejado el ayuntamiento. Una vez empaquetados y enchusbascados, cogimos la via verde Val de Zafan con un local de Arens de Lledó aficionado al ciclismo, Israel, que nos acompaña un ratejo hasta Cretas. Laura nos grabó dron, cruzamos puentes y avistamos paisajes preciosos. A pesar del desnivel, fue una ruta agradable sin coches ni motos. Llegamos a nuestro destino un rato antes de comer: La Portellada, donde nos alojamos en el polideportivo. Afortunadamente con duchas y con jabón para lavar la ropa, ¡ueee!

Después de una deliciosa boloñesa (ragú para nuestros fans italianos) tuvimos el placer de conocer a Víctor Vidal, agricultor ecológico del municipio, que principalmente cultiva tomates, alubias, y garbanzos. Dichos productos los comercializa mayoritariamente en restaurantes de la zona, que quieren ofrecer un producto exclusivo y diferente a los que podemos encontrar en nuestro súper de confianza. A su vez, Víctor preside la Red de Semillas de Aragón la cual nace ante la problemática que supone y suponía la pérdida de biodiversidad cultivada, con el objetivo de recuperarlas y volver a ponerlas en circulación. La conservación de las distintas semillas de las diversas especies es de gran importancia puesto que si estas se pierden, toda la información y riqueza cultural que portaban, desaparece. Ejemplo de ello es la pérdida de platos típicos elaborados a través de productos de una variedad que ya no se cultiva. En conclusión querido lector, si no fuera por esta clase de redes, seguiríamos pensando que en el mundo sólo hay dos tipos de habichuela, la blanca y la roja, mientras que en la Red de Semillas de Aragón, tienen registradas más de 300 tipos diferentes. 

Otro de los temas que se abordaron a lo largo del encuentro con Víctor, es el tema de los transgénicos, productos que presentan una alteración en los genes a causa de un intercambio genético entre dos especies de seres vivos diferentes. Tuvimos la suerte de probar y catar algunos de los tomates de colgar, de Serengue, que produce este agricultor en ecológico. Un tomate de colgar se trata de un tomate que tras la cosecha es colgado en las partes altas de una casa, como es una buhardilla, y allí se deja almacenado durante meses, hasta un tope de 12 a 18 meses, (no te parece una barbaridad de tiempo, los tuyos estamos seguros de que no aguantarían ni un par de semanas, a no ser que tengas los de Víctor Vidal). Estaban tan buenos que repetimos! 

Para finalizar, nos gustaría cerrar la explicación de la iniciativa de hoy con una frase que ha compartido Víctor, y que nos ha llamado enormemente la atención: “Por donde paséis, tomad conciencia”, (buah, qué inspirador, no? A nosotros nos ha dado qué pensar).



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