Día 6. Tocando madera con Sámara

Levantarse fue todo un reto. La pedaleada del día anterior y sobre todo la subida de cuestas con las que no contábamos tanto, sin duda tuvo efecto. Bastantes de nosotras queríamos  despertarnos antes del desayuno para comenzar el día con yoga, pero a la hora de la verdad, los sacos de forkmir ejercieron una fuerza invisible, atrapándonos a muchas. Tranquilamente, desayunamos en la casa concejo, resguardadas de los “cuchillos” de Panizares, las impresionantes montañas de la zona. Es maravilloso ver cómo vamos creando rutinas mañaneras: es el primer momento del día en el que compartimos cómo nos sentimos, qué tal hemos dormido…

Prontito, paseamos por las calles sosegadas de Panizares, en busca del taller de Sámara samara panizaresBioconstrucción. Allí, nos encontramos con María, Jesuli y Antonio. Nos hablaron de los inicios del proyecto, de su filosofía: utilizar materiales nobles adaptando los procesos de construcción tradicional a los conocimientos de hoy en día. Sámara, viene de uno de los grupos de trabajo de lo que, en su día, fue Sankara Cooperativa. Aquel grupo se diluyó, y cada uno se fue especializando en su ámbito. Algunos participantes empezaron desde casi cero, formándose a base de práctica y de la enseñanza que la gente del pueblo puede transmitir. Es por ello, que son partidarios de crear vida en comunidad y colaboración entre los vecinos. Como María nos dijo, ‘el pueblo es tu casa’. Son gente joven, que llegaron a la zona rural a crear, trabajar y vivir. No cumplen con el estereotipo de jóvenes que vienen a no hacer nada, como la gente de pueblo está acostumbrada a creer. Se ganan a los vecinos trabajando, ya que ‘el trabajo es un lenguaje universal. No importa de donde vengas, la ayuda siempre reblandece corazones y abre el camino de la confianza’.

panizares caminoTras la charla con ellos, cogimos las zapatillas de deporte, y fuimos a darnos un largo paseo por el camino del contrero hacia el Alto de la Coronilla. Pasamos por un antiguo chozo resinero (hoy en día reformado por ellos mismos), y entre Jesuli y Antonio nos explicaron cómo reconstruyeron el refugio mediante la técnica de la piedra seca (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO); cómo extraían la resina de los pinos resineros. Pudimos aportar nuestro granito de arena rellenando los huecos de piedras que encontrábamos por el suelo.

Seguimos la senda, y tras un rato caminando entre árboles, llegamos a la cima, dónde pudimos disfrutar de unas espectaculares vistas de todo el valle. Aquí, se encontraba el Refugio de la Coronilla, situado a 1172 m de altura, que fue rehabilitado por Sámara Bioconstrucción hace unos años.

Teníamos mucha hambre, muchas ganas de comer y un tramo que hacer hasta volver al punto de partida. Al llegar al pueblo, comimos con las mejores vistas y compañía que podíamos pedir. Nos acompañaron amigos de María y Jesuli, quiénes se habían mudado al valle hacía no mucho, con muchas ganas de aprender y nutrirse. Nos hicieron gazpacho que nos sentó de lujo, una ensalada con productos ecológicos (algunos de Alimenta Merindades, iniciativa que nos explicaría en el ‘Coffee Break’ Dani) y unas lentejas acompañadas de verduritas. Engullimos la comida, con mucho gusto. 

Durante el café (o té para algunas) escuchamos a Dani, de Alimenta Merindades. Esta iniciativa, alimenta merindadesconsigue reducir el número de intermediarios que intervienen en la cadena de alimentación, porque pone en contacto directamente al productor con el consumidor. De esa forma, se les proporciona un precio justo y merecido a los productores. Alimenta Merindades trata de cuidar a los agricultores de Merindades.

No nos quedaba mucho tiempo, ya que a las 19:00 teníamos que estar rodando para llegar a Toba, nuestra siguiente casa por otras 2 noches. Pero, antes de partir, María nos habló sobre la Asociación Ábrego de la que ella es parte. Ábrego que significa viento sur (‘Tras la helada, el ábrego corta como espada’) es una asociación sin ánimo de lucro. Trabajan en el desarrollo rural y medioambiente, organizan actividades formativas (agroecología, botánica, bioconstrucción…) para apoyar a gente que vive y/o que tiene interés en vivir en el mundo rural. Además, desde Ábrego vieron que había muchos proyectos interesantes en Burgos, pero que faltaba red entre ellos. Por eso mismo, organizan actividades para crear una red, más afinidades, alianzas entre organizaciones a través de encuentros fantásticos, y así, muchas asociaciones de Burgos y la provincia se benefician de ello.

En el camino a Toba de Valdivielso, nos acompañaron Jesuli y Greengo (perro de Jesuli). Admirable lo mucho toba castilla y leonque corría ese perrito chiquitín. Eran unos forkies más: tanto Jesuli como Greengo Gamp. No tardamos mucho hasta Toba, y nada más llegar empezamos con el tetris de las esterillas en la casa de las escuelas que nos habían dejado. Lo bueno de este lugar fue que ¡encontramos una ducha! Agua fría, por supuesto, un martirio para algunas y una delicia para otras. A destacar que teníamos que tardar lo menos posible porque éramos muchas las que teníamos intención de rebozarnos con un poco de jabón y la hora de la cena se nos echaba encima. Cenamos Piadine (torta de trigo rellena de variedad de verduras) tan ricamente, cada una de la manera que pudo y nos fuimos a la cama.

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