Nos despertamos en Alloza, nuestro último destino de esta fantástica ruta. Esta vez se nos presentaba un día muy ajetreado, pues empezamos con un doblete de dos iniciativas por la mañana, a las que fuimos andando desde el albergue en el que nos alojamos.
La primera iniciativa que visitamos se trató de El Noveno Corral, un proyecto creado por Julia y Raúl, una joven pareja que se propuso rehabilitar un antiguo corral de la familia de Raúl, para así convertirlo en un espacio multiusos principalmente orientado a la creación de cerámica. Durante la pandemia ellos mismos reformaron el corral a través de prácticas de bioconstrucción. Una de las cosas que más interesantes nos ha parecido de su proyecto de cerámica es que estos recogen la arcilla que emplean en creaciones artísticas y no utilitarias del propio medio natural, así como ofrecen talleres sobre cómo obtener esta. En el taller disponen de tornos, hornos, distinciones esmaltes para dotar de color a las piezas, etc. También hacen talleres de cerámica, bioconstrucción, piezas por encargo (ejemplo de ello son los moldes de barrigas de embarazada para el recuerdo), creación de cosméticos, trabajo en madera, etc. Y por último, queríamos añadir que Julia es una gran cocinera vegana la cual está encantada de compartir con el mundo sus deliciosas recetas (@juliasopesens en Instagram).
La segunda iniciativa que hemos conocido hoy ha sido la de Javier con su marca de aceite gourmet Aiosa. Este arqueólogo de formación estuvo viviendo en Italia durante once años y pudo observar la diferente metodología en cuanto a la producción de aceite que se realizaba en la Toscana. Por ejemplo, algunas de las diferencias que allí encontró fueron que aquí en Alloza se cogían las olivas en diciembre, mientras que allí se hacía la recolecta en noviembre cuando aún las olivas estaban verdes, en Italia se vendía ese aceite a 26€/L mientras que en Alloza se estaba vendiendo a 4€/L, y se mal vendía el aceite sobrante. ¿Qué hace un aceite diferente al otro? Es todo una cuestión de cantidad de polifenoles, los cuales se encuentran principalmente en la oliva verde. Los polifenoles son sustancias volátiles que cuando están en el aceite lo protegen de la oxidación o enranciamiento. Por ello, se considera altamente beneficioso para la salud, debido a las propiedades antioxidantes. Para que este compuesto se mantenga en el aceite se trabaja a temperaturas inferiores a 30°, y con transformaciones únicamente físicas. El aceite Aoisa es una mezcla de cuatro variedades diferentes llamado Coupage.
Para finalizar la mañana, Javier organizó una cata de diferentes calidades de aceite de oliva, para que aprendamos a distinguirlos y apreciarlos.
Resuelta que en Alloza no debíamos de tener tantos fans, pues no se presentó ni Peter a la ruta en bicicleta que habíamos organizado para la comunidad del pueblo. Pero acabó apareciendo algún que otro fan al presentar en el edificio multiusos el proyecto junto a un pequeño taller de zumo de saúco ofertado por Belén de La Ojinegra, el cual estaba delicioso y cuyo sabor se asemejaba al de la kombucha, para que nos entendáis, queridos lectores. Como lo prometido es deuda, de ahí nos fuimos a La Ojinegra con Belén y Xavi, un proyecto de restauración y turismo rural único en el territorio. Esto comenzó en 2002 en concepto de alojamiento rural. La casa está situada en el centro de Alloza, y está datada en el 1800. La casa era propiedad de un vecino de la familia de Belén, y la familia decidió adquirirla para la pareja. En 2010 decidieron abrir en la primera planta de la casa un restaurante ecológico de km 0 a la inversa, es decir, el menú se diseña en función de lo que los agricultores de la zona tengan como excedente. ¡¡¡Se sale de todos los esquemas!!!! Para que os hagáis una idea es un local pequeño que cuenta con un total de cinco meses en interior, y un par de mesas más en la terraza. Un dato importante es que funcionan con reservas de viernes a domingo, para reducir al máximo el desperdicio alimentario. Intentan por todo lo posible que su producto sea adquirido por venta directa a agricultores ecológicos de cercanía, es decir, que en su menú aparecen sus nombres y apellidos. Además, usan al máximo variedades autóctonas de la comarca, para dar a conocer el producto local y proteger estas especies en desuso, así como empoderar al agricultor local. El valor del menú es de 31€ mientras que el restaurante más cercano que vende salmón (de Noruega, amigas) es de 35€. ¡Es un gourmet que merece la pena! Aparte del restaurante ofrecen talleres de gastronomía, gastro experiencias, etc.